La clásica tradición de las "inocentadas"
Chiste del Día de Inocentes en la revista "Zig-Zag", 28 de diciembre de 1912.
A pesar de las solemnidades que algunos conservadores del clero y la observación cristiana esperaban procurar a la fecha del 28 de diciembre en Chile, incluso con el patronato de los Santos Inocentes en algunas parroquias del país, las cosas tomarían otro curso en las prácticas populares. Era cosa perdida, entonces, el pretender que no prevaleciera la tradición y la alegría popular en una ocasión propicia para las bromas e inocentadas que marcaron por mucho tiempo el Día de los Inocentes, todavía con algunas reminiscencias.
Entre otras posibilidades jocosas, algunos mandaban obsequios falsos en ese día de Santos Inocentes; otros largaban al aire noticias engañosas que hacían concurrir a amigos y conocidos hasta lugares o eventos inexistentes. Pero se asumía, además, que quienes prestaran dinero, prendas, libros o herramientas durante aquel día, serían “legítimamente” embaucados y no les serían devueltos, pues “pasaron por inocentes”. La oportunista fechoría debía ir acompañada de una suerte de frase expiatoria o justificativa en cuarteta, para irritación del afectado:
Herodes mandó a Pilatos,
Pilatos mandó a su gente;
el que presta en este día
pasará por inocente.
Como defensa contra tales tretas y otras parecidas, muchos almaceneros, carniceros y comerciantes tomaban la precaución de poner en mostradores y cajas un cartel que después tendría gran popularidad en aquellos locales, durante todo el año: “Hoy no se fía… Mañana sí”, como informa José Manuel Frontaura y Arana en su “Historia del Convictorio Carolino”, publicada en 1889. La reserva era “para que sirviera de advertencia perpetua a los compradores”, agrega el autor. Estas tradiciones incluso inspiraron el sainete "Día de los Inocentes" del entonces joven dramaturgo Pedro J. Malbrán, premiado en 1920 y favorito de los estudiantes de la FECH en sus celebraciones de entonces.
Sin embargo, la licencia para las inocentadas resulta bastante efímera: dura sólo hasta el mediodía del mismo 28. Por esta razón, después del tradicional cañonazo del cerro Santa Lucía ya no había patente de corso ni inmunidad para el pillo en Santiago. A causa de lo mismo, entonces, se incorporó entre los dichos y conceptos populares el que, cuando algún hecho o información parece insólita o increíble, o bien presente serias dudas sobre su veracidad y pertinencia, se pregunte si acaso se trata de “una broma del Día de los Inocentes”, como forma de ponerla en duda o cuestionar su validez.
En la antigua sociedad chilena el recato del Día de los Santos Inocentes era mayor que en las controvertidas celebraciones del carnaval, sin duda: era la efeméride de una masacre de neonatos según el Nuevo Testamento, a fin de cuentas. Empero, de todos modos había instancias para los chascos y las burlas, algo que se iba a repetir en el siglo XX incluso en el mundo estudiantil con las fiestas mechonas de los universitarios y las extintas Fiestas de la Primavera, si bien no perdían oportunidad en la fecha principal de las inocentadas a pesar de que coincidía con su período de vacaciones. Se cuenta que hasta el propio monseñor Crescente Errázuriz (1839-1931) gustaba de hacer sus propias bromas en aquella fecha: en sus crónicas confesaba que logró obtener un artístico y elegantemente bordado roquete que había pertenecido a uno de los integrantes del Cabildo Metropolitano, a cambio de un papel que se suponía nota de compra pero el que había escrito el mencionado mantra de indulgencia en cuatro líneas, precisamente para el Día de Inocentes.
Un pequeño reportaje publicado en “La Nación” en los años cincuenta (“Con el mensaje ‘Herodes mandó a Pilatos’, corremos riesgo de ser pasados por inocentes”, 28 de diciembre de 1954) aporta un recuento de casos históricos en los que personajes públicos también habrían hecho uso de las ventajas del día:
La férrea cortina de la gravedad criolla, en más de una oportunidad ha sido rota por la alegre broma de inocente de algún personaje de chilenas campanillas. Diego Portales le ganó su portada calesa al Marqués de Irarrázaval, por el simple procedimiento de pedírsela prestada al rayar el alba de un 28 de diciembre.
Don Ramón Barros Luco, pasó para esta fecha un flamante billete de cien pesos, más falso que Judas, que el día anterior le había entregado el Jefe de la Secreta. (…)
Don Arturo Alessandri también gustaba de hacer esta broma y una de sus víctimas fue su ministro don Francisco Garcés Gana. Pablo Ramírez, tuvo también bromas magníficas para este día, y muchos de sus colaboradores o los infaltables pedigüeños que hacen cola en los ministerios, fueron sus víctimas favoritas.
"La Masacre de los Inocentes" según Lodovico Mazzolino, siglo XVI. Imagen publicado en BBC Mundo.
Retrato de Diego Portales hecho para la Casa de la Moneda por el artista francés Narciso Desmadryl, hacia el año 1854. El ministro fue conocido por hacer bromas de Día de Inocentes a sus amigos.
Chiste político del Día de Inocentes de 1916, en la revista "Sucesos" de Valparaíso.
Con el relajo que vino en esa centuria como consecuencia de la reducción del poder de la siempre crítica Iglesia, la celebración había caído dominada definitivamente por el sentido lúdico y chusco. A mediados del siglo se hacían así bromas “de inocentes” tales como convocar a eventos gratuitos en el Parque Forestal de Santiago, con un espectáculo de ballet, coros al aire libre y orquesta sinfónica en vivo, pero todo era una noticia falsa que buscaba sacar a la gente de sus casas para aprovechar aquel cálido día. Poco, comparado con lo que se hacía en países como Estados Unidos, cuando algún anónimo bromista colgó dos falsos cadáveres femeninos desnudos y ensangrentados en un árbol, en las afueras de Mount Vernon, Illinois, desatando con esto la histeria y todo un caso policial en el Día de Inocentes de 1958.
No todo era bromas pesadas o que lesionaran a alguna de las partes, sin embargo: también se organizaban entretenidas fiestas bailables y encuentros artísticos durante ese día, generalmente por empresas e instituciones. A fines de los años veinte, por ejemplo, eran famosas las celebraciones de La Terraza del Parque Forestal, realizadas junto a la laguna y que incluían baile con festival artístico con los elencos del Teatro Municipal, el Teatro Santiago y la Compañía de Revistas Chilenas, esta vez muy reales. El Stade Francais, por su parte, había comenzado ya su tradición de las llamadas Fiestas Herodianas, el viernes 28 de diciembre de 1934 y como parte de la llamada Semana de Santa Claus que partía con la Navidad. El evento del día en el estadio de los franceses, que incluía banquete, kermesse y baile, tenía por objeto benefactor reunir fondos para el Hospital de Niños Dr. Roberto del Río.
Los medios de prensa se siguieron incorporando a la ocasión propiciada por la fiesta para elaborar sus propias trampas y chistes, durante las décadas siguientes. Fueron cerca de cincuenta años de barrabasadas, coincidentes principalmente con la primera mitad del siglo. Los periódicos solían llevar la iniciativa, entonces, publicando insólitas noticias falsas en sus titulares y asombrando a los lectores con toda clase de patrañas. En cierta ocasión se anunció en un matutino, por ejemplo, que el diario “El Mercurio” había sido comprado por el empresario textil Juan Yarur… Sin embargo, al final de la nota se leía que el famoso industrial había adquirido un ejemplar del mismo periódico, y eso era todo.
En otra broma impresa, un diario publicó hacia la misma época una imagen de un puente del Mapocho cortado al centro: cuando los miles de curiosos llegaron a observar el supuesto desastre, encontraron que había allí un cartel agradeciendo su concurrencia. Y, para la víspera de la fiesta de 1949, se anunció con gran revuelto que el presidente de los Estados Unidos de América, Mr. Harry S. Truman, acababa de desembarcar en el Aeropuerto de Los Cerrillos como parte de una visita incógnita por América del Sur: luego de salir corriendo por la capital para confirmar la sensacional noticia, los frustrados reporteros descubrieron que el arribado había sido en realidad el ingeniero suizo Hermann Satteler, residente en Santiago y famoso entre sus cercanos por el parecido físico que tenía con el primer mandatario norteamericano.
Los cuentos nunca llegaban solos, sino que venían embutidos en una desconcertante batería o maraña de noticias espurias que, a pesar de todo, hacían caer todos los años a los incautos. Como verbigracia, está el caso del Día de los Inocentes de 1951: estuvo marcado por informaciones falsas tales como la supuesta llegada del dúo artístico internacional María Félix y Mario Lanza al Hotel Carrera, la compra del Club de la Unión y la compañía Soprole por el magnate Alí Khan, el anuncio de un partido de fútbol del club brasileño Vasco da Gama en el Estadio Nacional y otras tan descabelladas como la aparición de una bestia prehistórica viva en el cerro San Cristóbal. Muchas de estas falsas noticias parecían más bien chistes dentro del gremio, además: algunas casas periodísticas provocaban la salida de reporteros y corresponsales de otras para ir a pesquisarlas o verificar si había algo de verdad en ellas, evitando quedar al debe con los titulares.
Las radioemisoras vivían su edad de oro y no se quedaban atrás con las tendencias, por cierto. En la prensa puede confirmarse, por ejemplo, que en esa misma ocasión de 1951 un locutor de Radio La Reina anunciaba en horas de madrugada el estallido de una guerra entre Reino Unido y Egipto. Se supone que transmitía en vivo vía BBC de Londres, como corresponsal y mientras volaba sobre el Canal de Suez declarando compungido un dramático “estamos en guerra”, seguido de otros pormenores y gestiones de autoridades internacionales ante la grave crisis. Mientras tanto, radios Minería y Corporación hacían sus propios trucos ese año: transmitían un especial en directo informando del hallazgo de petróleo en calle Monjitas con San Antonio, dentro de un edificio en demolición. Tanto este timo del pozo petrolero como el de la guerra en el Canal de Suez, serían desmentidos al final de las transmisiones de las respectivas estaciones radiales.
Fiestas de Navidad en la Terraza del Parque Forestal, anunciadas en diciembre de 1934 en "El Diario Ilustrado". Desde los años veinte, la temporada navideña tenía varios encuentros en este centro bailable, incluidas las del Día de los Inocentes.
Portada de la revista de humor político chilena "Topaze", con caricatura de Pepo (René Ríos Boettiger) satirizando a inicios de 1958 con el Día de los Inocentes y personeros del segundo gobierno de Carlos Ibáñez del Campo.
El locutor Juan Carlos Gil en sus años jóvenes. Fue protagonista de una de las bromas de Día de Inocentes más escandalosas y macabras que se recuerden, cuando fingió su propia muerte y funeral en Calama, en 1961. Imagen publicada en el portal de Música Popular Chilena.
Portada del diario "La Cuarta" en el Día de Inocentes de 2007, anunciando -entre otras falsas noticias- la liberación del infame sistema Transantiago, recientemente implementado y en esos momentos en crisis por la cantidad de críticas a su falta de eficiencia.
Pocos años después, en el Día de Inocentes de 1954, una radioemisora hizo pública la noticia de que un partido de fútbol jugado sólo dos días antes entre los clubes deportivos Colo Colo y Ferrobádminton, quedaba nulo por la inscripción errónea de un jugador y otras excusas, así que el encuentro se estaba repitiendo en esos mismos momentos en un estadio con entrada liberada. El público corrió en masa hasta el centro deportivo sólo para descubrir allí que no había partido y que acababan de ser timados.
El diario “La Nación” del mismo Día de Inocentes de 1959 recuerda que algunas bromas de estudiantes y ciudadanos llegaron demasiado lejos. Una de ellas había sido fraguada por vecinos anunciando, ante el asombro general, el nacimiento de unas sextillizas en Recoleta. Contra todo lo creíble, la paparrucha interesó a los médicos e incuso salió de Chile. “Un famoso diario de Washington tenía listos dos aviones para trasladar a Santiago un equipo de reporteros, cameramen y fotógrafos para registrar el extraordinario caso” antes de caer en cuenta de que era un engaño, comenta el anónimo redactor.
Una de las bromas más polémicas y audaces bromas que se recuerden, además de macabra, la hizo el entonces joven locutor Juan Carlos Gil en la ciudad de Calama, con sus colegas de la principal radio local: fingió un infarto mientras animaba un concurrido baile de víspera del Día de los Inocentes de 1961; sus cómplices lo dieron por muerto y, en el día siguiente, se montó un falso velorio ante la comunidad acongojada. Cuando después apareció vivo ante el mismo público y en su propio responso, fue sorpresa total: alivio para unos, ira para otros. Gil fue castigado por los dueños de restaurantes en la ciudad minera: se negaron a tomar sus pedidos aquella tarde en sus mesas, argumentando que “no atendían muertos”. Sin embargo, organizaron de todos modos una comida celebrando su resurrección esa misma noche. La leyenda de la región dice que debió emigrar para hacer carrera en Santiago, huyendo de las consecuencias de su travesura.
Fueron famosas algunas portadas de diarios en los años ochenta, así como algunas nuevas bromas radiales y televisivas, muchas de ellas realizadas a celebridades durante la ocasión. Sirva de ejemplo el titular de un diario que anunciaba el descubrimiento de un tórrido romance entre el pulcro locutor Javier Miranda y al entonces cantante, actriz y ex esposa de la estrella de cine Silvester Stallone, la danesa Brigitte Nielsen, luego de la presentación de esta última en el programa “Martes 13” del canal con el mismo número, en 1990, que era conducido por el destacado hombre de radio y televisión. El diario "La Cuarta", por su parte, descubrió que las bromas con falsas noticias futbolísticas, políticas y de espectáculos en la primera plana eran las más exitosas: entre otras cosas, anunció el retorno del director técnico Marcelo Bielsa a la Selección Nacional, la contratación de Don Francisco (Mario Kretuzberger) en el Festival de la Canción de Viña del Mar, un proyecto para convertir al Zanjón de la Aguada en "navegable", la gratuidad total del sistema Transantiago o que la veterana socialité Julita Astaburuaga había perdido una apuesta y la pagaría posando en la sensual posición de escorzo llamada "el ratón Mickey".
Cabe señalar que los escritores de Chile también participan del 28 de diciembre con sus propios juegos y encuentros, aunque de una manera muy diferente. La intelectualidad escogió el Día de Inocentes como su ocasión para reuniones y banquetes cuando al Sociedad de Escritores de Chile, SECH, estableció el 28 de diciembre como el Día del Escritor desde 1931. Por esta razón, el acto anual de la fecha era llamado la Comida de los Inocentes Escritores, también en tono festivo.
La insistencia de ciertas estaciones televisivas e impresos por hacer jocosidades en el mismo día durante algunos de sus programas de cada parrilla, sin embargo, en ciertos casos han resultado repetitivas, predecibles y escasamente creativas. Por la proliferación de bromas mal elaboradas o directamente burdas en tiempos recientes, entonces, se fue despertando en el público los sentidos de alerta y previsión ante el engaño. A su vez, muchas tradiciones de bromas del Día de Inocentes ya están en casi total desuso, atrapadas en otras épocas y recuerdos, como la indicada sobre engañar con préstamos amistosos hasta el mediodía, algo que hoy pasaría escasamente como algo aceptable o gracioso.
Por todas las descritas razones y otras que seguramente se nos escapan de vista, sumadas a los cambios de las costumbres en la sociedad chilena, muchas de las famosas “tallas” de la efeméride cristiana han ido perdiendo efecto y carecen ya del factor sorpresa que involucraba cada 28 de diciembre, especialmente en los medios de comunicación. No obstante, las redes sociales y los recursos de internet han dado espacio a nuevas instancias de noticias de broma durante cada Día de Inocentes, aunque es discutible qué tan graciosas resulten ya en tiempos de fake news y bajo bombardeo constante de truculencias comunicacionales durante todo el año, de las que ningún grupo político, intelectual, religioso o gremial parece estar libre ya.
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